¿Cuál es la diferencia entre una incubadora y una aceleradora de negocios?
Los emprendedores necesitan en muchas ocasiones una pequeña ayuda para que sus proyectos tengan éxito, es por ello que surgen las aceleradoras e incubadoras de negocios, quienes ayudan a llevar a cabo las ideas disruptivas de los nuevos emprendimientos.
En la actualidad un emprendedor ya no necesita tener un alto conocimiento técnico del mercado, una amplia red de contactos o recursos ilimitados para poner en marcha una idea de negocio.
Cada vez con mayor frecuencia, los emprendedores son capaces de tener éxito con sus startups gracias a las herramientas existentes que promueven la innovación. Hoy en día, se trata de generar ideas creativas y disruptivas para llamar la atención de incubadoras y aceleradoras de negocios, quienes se hacen cargo de la parte técnica y los recursos para poner en marcha una empresa.
Es muy común oír estos términos cuando se habla de comenzar o desarrollar un emprendimiento, pero, ¿cuál es la diferencia entre una incubadora y una aceleradora?
Básicamente una incubadora de negocios brinda las herramientas necesarias para desarrollar una idea desde su génesis, generando un plan que ayude al emprendedor a materializar su negocio. Se trata de un modelo económico diseñado para dar soporte a proyectos a través de asesorías y servicios técnicos, financieros, legales, administrativos y publicitarios.
Los principales objetivos de las incubadoras son mantener la capacitación en las áreas requeridas y realizar un plan de negocio para evaluar la viabilidad del emprendimiento. De esta forma, generan los incentivos necesarios para promover la innovación y ayudar a un emprendedor a no fracasar en una temprana etapa.
Según la revista digital Entrepreneur, las incubadoras de negocios “se encargan de evaluar la viabilidad técnica, financiera y de mercado de un plan, proporcionar servicios de asesoría legal, desarrollar los planes de mercadotecnia y ventas e incluso aportar un espacio físico, equipo, logística y acceso a financiamiento y capital semilla”.
Además, en un artículo sobre incubadoras de esta revista, comentan cuál es el proceso a seguir para acceder a un plan de asistencia de cualquier incubadora, brindando los once pasos que son necesarios para acceder a esta herramienta.
No obstante, esencialmente son tres las etapas que suelen sucederse cuando un proyecto con potencial es recibido por una incubadora. La primera es la pre-incubación, con una duración de unos seis meses, donde se le brinda a un empresario la orientación para desarrollar su proyecto. La segunda etapa es la propia incubación, que tiene una duración de un año y medio, y en ella se da seguimiento a la implantación y crecimiento del proyecto. Y por último tiene lugar la post-incubación, que ayuda a realizar cambios tras el despegue del proyecto para asegurar su éxito.
Concretamente en Chile, existen numerosas incubadoras de negocios que ayudan a desarrollar nuevos emprendimientos. La mayoría de ellas se encuentran en Región Metropolitana, y algunas de ellas son: Imagine Lab, Start Up Chile, Red de Emprendimiento INACAP, Incubadora ME, Incubadora de negocios Elevaglobal, Innovo USACH, Acción Incuba, Corporación Santiago Innova, Emprende FCH, Incuba UC.
Aunque también existen incubadoras en otras regiones chilenas, como Incuba UDEC en la Región del Biobío; Incubatec UFRO e Incubatec UFRO Desarrollo en la Región de la Araucanía; Austral Incuba en la Región de Los Ríos; Incuba2 en la Región de Antofagasta; o 3IE – UTFSM y Chrysalis en la Región de Valparaíso.
Por el otro lado se encuentran las aceleradoras, quienes se encargan de tomar una idea que ya está en proceso para inyectarle el capital necesario para su implementación o escalamiento en el mercado.
Según Universia, una de las redes de universidades más importantes de Iberoamérica, define una aceleradora como “una organización que tiene como principal objetivo impulsar el crecimiento de nuevos emprendimientos, más que nada en el campo de la tecnología”.
Se trata de un programa para startups en su fase inicial de desarrollo y proporciona a los emprendedores un espacio de trabajo con acceso a mentores, brindándoles la oportunidad para presentarse ante inversores y capital riesgo.
De esta forma, además de la posible inversión de capital, ofrecen soportes de gestión y orientación de profesionales especialistas con el objetivo de que el emprendimiento alcance satisfactoriamente un mercado de forma más rápida y mejor que por cuenta propia.
Una aceleradora es una entidad privada que invierte en startups normalmente a cambio de una participación en el negocio para favorecer el crecimiento de la compañía. Generalmente realizan una inversión inicial a cambio de un porcentaje sobre los ingresos, un porcentaje sobre la inversión obtenida tras el programa o la posibilidad de la compra de acciones.
Aunque las aceleradoras más importantes se encuentran en Estados Unidos (como Y Combinator), en Chile también existen numerosas entidades que realizan esta labor. Algunos ejemplos de ellas son: UDD Ventures en la Región del Biobío, la Aceleradora de Negocios para la Patagonia en la Región de Los Lagos, la aceleradora de negocios de la Fundación Chile en RM, o Magical Startups también en RM.
Así pues, las incubadoras y aceleradoras no son competidoras, sino que se complementan, ya que “la incubadora ayuda a salir al mercado mientras que la aceleradora ayuda a proyectos ya en desarrollo”, según comenta EmprendePyme, una página que brinda una completa guía sobre el mundo del emprendedor.
Escrito por Raquel Lop / Autor: Innovacion.cl